
El contrato de arrendamiento, de renta o de alquiler de una propiedad, es un contrato que realizan las partes involucradas.
Las dos partes que intervienen en el contrato son: el arrendador y el arrendatario. La primera es la persona que se compromete a ceder temporalmente el derecho del uso de una propiedad. Y, la segunda, es la persona que vivirá en dicha propiedad. Esta última, deberá pagar por ese derecho un precio previamente estipulado. Además de cumplir con todas las cláusulas establecidas en el contrato.
En este sentido, cualquier persona puede redactar su propio contrato de arrendamiento. En el cual, puede añadir las cláusulas y especificaciones que prefiera, siempre y cuando estén de acuerdo ambas partes.
Por lo tanto, la complejidad o sencillez del contrato de arrendamiento dependerá de las cláusulas que éste contenga.
Sin embargo, si se opta por redactar por sí mismo el contrato, es necesario que contenga, obligatoriamente, ciertos elementos:
Además de estos datos básicos, deben agregarse las cláusulas concretas que las partes hayan acordado. Como, por ejemplo, lo relacionado a: