El contrato de arrendamiento, de renta o de alquiler de una propiedad, es un contrato que realizan las partes involucradas.
Las dos partes que intervienen en el contrato son: el arrendador y el arrendatario. La primera es la persona que se compromete a ceder temporalmente el derecho del uso de una propiedad. Y, la segunda, es la persona que vivirá en dicha propiedad. Esta última, deberá pagar por ese derecho un precio previamente estipulado. Además de cumplir con todas las cláusulas establecidas en el contrato
En este sentido, cualquier persona puede redactar su propio contrato de arrendamiento. En el cual, puede añadir las cláusulas y especificaciones que prefiera, siempre y cuando estén de acuerdo ambas partes.
Por lo tanto, la complejidad o sencillez del contrato de arrendamiento dependerá de las cláusulas que éste contenga.
Sin embargo, si se opta por redactar por sí mismo el contrato, es necesario que contenga, obligatoriamente, ciertos elementos:
- Identificación de las partes involucradas. Es decir, los datos personales del arrendador (quien cede el uso de la propiedad), y del arrendatario (quien adquiere el uso de la propiedad).
- La identificación de la propiedad.
- El tiempo de vigencia del contrato.
- El monto inicial a pagar por el arriendo y modalidad de pago (opcional). Además, de posibles variaciones en función de… Por ejemplo, aumento del salario mínimo.
- Fianza o deposito.
Además de estos datos básicos, deben agregarse las cláusulas concretas que las partes hayan acordado. Como, por ejemplo, lo relacionado a:
- Subarrendar, traspasar, o ceder sus derechos de inquilino.
- Destino. Determinar el uso de la propiedad.
- Gastos e impuestos. Quién asume los gastos correspondientes al pago de las cuotas de comunidad de la vivienda y servicios públicos.
- Reparaciones. Quién asume los gastos asociados a las reparaciones eventuales que puedan surgir en la vivienda.
- Demora en el pago. Se podrá pactar cómo proceder en caso de impago del alquiler.
- Etc…