
Los expertos en bienes raíces recomienda invertir en la compra de un terreno. Sobre todo, porque pueden adquirirse a un precio accesible y brinda la oportunidad de desarrollar cualquier tipo de proyecto inmobiliario.
Sin embargo, es importante saber a ciencia cierta las condiciones del terreno que se desea comprar. Por ejemplo, desde el punto de vista legal, aunque el precio sea atractivo, puedes estar adquiriendo un terreno ejidal. Y, antes de obtener grandes beneficios, lo que te puede traer es muchos problemas.
Un terreno ejidal o ejido, es una superficie destinada por el gobierno para el uso común de una localidad. Por ejemplo, para actividades agrícolas, ganaderas o cualquier otro uso que deseen darle en beneficio a la comunidad.
Es otras palabras, se trata de un lote o terreno cuyo propietario es el Estado o el Municipio donde se ubica. Por lo tanto, es administrado por tres órganos jurídicos: la Asamblea Ejidal, el Comisariado Ejidal y el Consejo de Vigilancia.
En este sentido, a pesar de que el terreno sea repartido a los habitantes del lugar, ninguno será su propietario. Simplemente, estará en comodato o préstamo por parte de los órganos jurídicos que lo administran. Es decir, cada ejidatario recibe un certificado ejidal de derechos parcelarios sobre la tierra que les fue asignada.
Por último, el uso que se le dará al terreno lo establecerá la Asamblea Ejidal. Asimismo, se imposibilita obtener la escrituración correspondiente que ampare el derecho de propiedad, convirtiéndose en un gran riesgo.
En definitiva, no es recomendable la compra de un ejido. Además, si no se han concedido los derechos como solar, es ilegal vender una propiedad federal. Ya que, un terreno ejidal solo es asignado a un ejidatario para determinado uso, pero seguirá siendo parte del Estado. A diferencia de un terreno privado, que legalmente pertenece a una persona y ésta puede venderlo si así lo desea.